jueves, 30 de agosto de 2012


Fabricio Varela Sanchez

El experimentado volante, nos cuenta, donde empezó a jugar, como llego a Atlético Rafaela, que destaca de su paso por Lanus, Quilmes y futbol ecuatoriano, entre otros temas.
-¿Donde y cuando empezaste a jugar al futbol?
Empecé en Colonia Aldao, en los potreros, en la calle. Mi primer contacto con un club fue a los doce años, en el Club San Jorge de Brikman, una ciudad a 30km de yo donde vivía. 
 -¿Como llegaste a Atlético de Rafaela?
A Atlético Rafaela llegue por medio de una prueba, en diciembre del “96, de la mano de Sergio Podio, quien era ayudante de campo de Ángel Bargas. Quede y un año mas tarde empecé a jugar en la Liga Rafelina.  
-¿Quien es el clásico de la Crema y como te con este?
El clásico de Atlético era 9 de Julio de Rafaela, pero como La Crema estaba en la B Nacional, era distinto. Por ahí, para el 9 jugar contra Rafaela era “el” partido.  Yo tuve la oportunidad de jugarlo un par de veces.  Recuerdo convertirle un gol de penal.  A pesar que en ese entonces se jugaba en la Liga, en esa época  para nosotros, los que recién arrancábamos, era un encuentro importante para mostrarse.  Luego, se quiso hacer se llamo “clásico” jugar contra Ben Hur, cuando este estaba en el Nacional B, pero duro poco porque ellos descendieron y Atlético ascendió.  
-¿Cuando debutaste en Primera y de la mano de quien?
Debute en la Primera de Atlético en el “97 un 20 de agosto, contra San Martin de San Juan, de la mano de Sergio Podio.
 -¿Como surgió ir a jugar a Lanus?
Después de tener continuidad con Gustavo Alfaro en un torneo del 98, me compro un grupo empresario, y me llevo a Lanus,  que tenia a Mario Zanabria de DT.
 –También jugaste en Quilmes y Olimpo, ¿que destacas de tu paso por estos dos equipos?
En Quilmes no me fue bien, si bien tuve la posibilidad de integrar un plantel importante, porque era un grupo excelente y había jugadores de nombre.  Me queda la experiencia de haber estado con gente que después fue muy exitosa, como el Chori Domínguez,  Rodrigo Braña, Alex Rodríguez,  Agustín Alayes, entre otros.  Estos jugadores me marcaron mucho y con algunos de ellos tengo amistad. En cuanto a Olimpo, fue barbará la experiencia, porque tuve la posibilidad de salir campeón, de ascender a Primera División. Además, me había llevado Gustavo Alfaro, y si bien no tuve mucha continuidad, porque había un plantel muy competitivo y el torneo fue corto, tambien conocí muy buena gente, pero lo más importante es la relación que queda después con muchos jugadores.  
– Además tuviste un tiempo en Ecuador, ¿se complica jugar con la altura?
Si, tuve la posibilidad de jugar en el Olmedo de Ecuador, y también en la Universidad Católica.  El tema de la altura fue complicado, porque  por lo menos tarde un mes en adaptarme. La primera semana no sentís nada, es más pensas que no te afecta. Pero en un momento hubo un cambio de DT y llego por ese entonces, un yugoslavo, Dragan Miranovic, que era un militar que no quería a los argentinos y  nos hacia sentir eso; yo necesitaba una adaptación e hizo el todo lo contrario, porque te hacia entrenar mas.  Además, había partidos que se  jugaban al mediodía y los equipos de la Costa les costaba un montón jugar en la altura.
Por otro lado, con la Universidad Católica jugábamos en el Atahualpa de Quito, un estadio espectacular, y hacíamos correr la pelota y los equipos en el segundo tiempo no daban mas, terminábamos los partidos por  cuatro goles de diferencia.
–Hace un tiempo que estas jugando en el ascenso, ¿ tenes alguna anécdota cómica para contar?
 Anécdotas tengo muchas.  Una que recuerdo fue cuando tenía un entrenador en Atlético, y este me abrazo después de una práctica de futbol. Yo era suplente, pero a veces ni iba al banco, y como me vio bien me llamo me abrazo y el DT me dijo: “Fabricio, estas bárbaro, rápido, preciso... el próximo partido de local sos titular con la diez”. Yo le agradecí, me puse contento y lo llame a mi papa, amigos. Pero cuando llegue a la pensión,  me fije y teníamos tres partidos de visitante seguidos.  La verdad,  cuando llego el partido de local, no jugué, se olvido el técnico porque habia pasado mucho tiempo.
 –Hasta ahora, ¿que partido que hayas jugado nunca te vas a olvidar y por que?
El partido que nunca voy a olvidar fue contra San Martin de Mendoza con Atlético Rafaela, el 7 de diciembre de 2002, porque  ganamos y salimos campeones.  Ese partido, entre  e hice un gol de penal y di una asistencia en el segundo gol de  Darío Forestello.  Todavía lo recuerdo,  fue uno de los momentos más hermosos que me toco vivir dentro de una cancha, por la adrenalina del penal que patee y el clima que había, los nervios de tener que ganar ese partido para salir campeón, porque Argentinos Juniors, que peleaba con nosotros estaba ganando.  Además, el hecho de ser Atlético, club donde naci futbolísticamente y con un grupo espectacular. Salir campeón ahí fue distinto.

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